Desde White Cirrus venimos analizando el escenario geopolítico actual, marcado por la guerra en Ucrania y la posibilidad de un repliegue de Estados Unidos, lo que exige a Europa que asuma la responsabilidad de su propia defensa.
El desafío de la autonomía de defensa europea
Reemplazar las capacidades militares convencionales (incluyendo el personal militar, estimado en unos 128.000 efectivos) que actualmente proporciona EE. UU. a Europa no es solo un desafío logístico, sino que supondría una inversión sin precedentes para los estados europeos, llegado el caso de que EE. UU. deje de prestar su protección.
Por esta parte, hablamos de necesitar una inversión aproximada de 1 billón de dólares para reemplazar estas capacidades, asumiendo un ciclo de vida de 25 años para los nuevos sistemas de defensa. Este cálculo incluye la adquisición de nuevas plataformas y armamento, pero no considera los costes adicionales del ciclo de vida, el personal y la infraestructura de apoyo. Las áreas más costosas de adquirir serían las capacidades aéreas y marítimas (como cazas y destructores).
Más allá del coste: los retos industriales y estratégicos
El desafío de la defensa europea va más allá de la financiación e impacta directamente en la industria y la estrategia. La industria de defensa europea tiene una capacidad limitada para acelerar la producción de sistemas complejos a la escala necesaria, como submarinos de ataque nuclear o portaaviones.
Para cerrar la «ventana de vulnerabilidad» que se abriría tras una posible retirada de EE. UU., Europa debe adoptar una estrategia triple:
- Inversión industrial nacional: Aumentar la capacidad de producción interna, incluso reconvirtiendo instalaciones civiles, para reducir la dependencia de proveedores externos.
- Adquisiciones rápidas en el extranjero: Comprar sistemas clave fuera de Europa que no tienen opciones viables a corto plazo dentro del continente (por ejemplo, artillería de cohetes).
- Priorización de capacidades: Enfocarse en capacidades esenciales para contrarrestar a Rusia, como la defensa aérea y de misiles, y las municiones de ataque de largo alcance.
White Cirrus: navegando la nueva realidad de la defensa
En White Cirrus, vemos esta nueva realidad no solo como un riesgo, sino como una oportunidad de crecimiento estratégico para las empresas del sector. La necesidad de una mayor autonomía impulsa la demanda de nuevas tecnologías, soluciones y asociaciones. Estamos preparados para guiar a nuestros clientes, analizando las implicaciones de los cambios en la política de defensa y el entorno de seguridad, identificando áreas de mayor crecimiento y las prioridades de inversión, así como ayudándoles a posicionarse estratégicamente para liderar el futuro de la defensa europea.
¿Crees que Europa está preparada para asumir el coste total de su propia defensa a corto plazo?